lunes, 13 de marzo de 2017

Antonia "Checha" Frutos 1940 - 2017

"Falleció la Checha. La luchó hasta último momento, como vivió", así fue el mensaje que llegó esta mañana. 
La Vigil publicó este comunicado:
Queridos Socios:
En el día de ayer despedimos a Antonia "Checha" Frutos, docente y dirigente histórica de La Vigil, quien padeció junto a su familia el accionar de la dictadura genocida, siendo querellante en la causa "Feced III", juicio postergado por el Poder Judicial.

Ha sido parte fundamental en este camino de recuperación institucional que transitamos, desempeñándose como secretaria de la Comisión directiva entre 2012 y 2014.

Por tal motivo hemos decidido suspender las actividades de la entidad en el día de la fecha, en que permanecerá cerrada.

Desde la Biblioteca Popular C.C. Vigil, le rendimos homenaje y acompañamos en el dolor a su familia y seres queridos.
Antonia Checha Frutos, fue la primera bilbiotecaria a sueldo que tuvo la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil. “Tenía un sueldito por cuatro horas diarias, a la tarde. Era un muy lindo trabajo. Y como ahora, empezamos de la nada en el barrio Tablada, en 1958". Llegó con el título de maestra recién estrenado. Y con el tiempo llegó a integrar la comisión directiva. Antonia Frutos volvió a renacer con el fin de la dictadura y con un propósito firme: Recuperar la Vigil. No era una tarea sencilla. Aún en democracia manifestaba su enojo por las piedras que encontraban en el camino.

"La sensación mía es que esperan que los ex directivos que quedamos desaparezcamos. Somos los malditos, porque fuimos capaces de romper con normas establecidas y generar un cambio. Este barrio cambió con la Biblioteca", le dijo Checha Frutos, en 2012, a Sonia Tessa en el diario RosarioI12.

El 28 de marzo de 2015 se llegó a la Biblioteca Popular Cachilo para participar del Taller "Las palabras de la Memoria", con la exposición de libros liberados de la censura y poder contar la experiencia de la Vigil. Allí Checha leyó esta frase de Graciela Montes, del libro "El golpe y los chicos": "Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria",
Un 6 de agosto de 2015 tiró este elogio a la Cachilo:
"Me gusta la Cachilo, mi hermano (Raúl Frutos), tuvo que ver con ustedes, admiro lo que hacen, estemos en contacto La Vigil tiene que aprender de ustedes. Abrazos: ‎Checha Frutos‎ 

Hace unos años dijo "mi salud está bastante complicada me hace bien venir por acá y ver todo lo que hacen en la Cachilo".

En enero de este año reveló que padecía de una enfermedad muy rara "acalasia, de origen desconocido (la padece uno, de cada de 150.000 habitantes). Consiste en el cierre del esófago inferior, la comida no pasa al estómago, incluso a veces no pasa ni el agua", describió.

Biblioteca Popular Vigil y la ‎Checha
Tablada y Villa Manuelita son dos barriadas populares del sur de la ciudad de Rosario. Por iniciativa de sus respectivas comisiones vecinales se funda una biblioteca popular, oficialmente inaugurada el 8 de julio de 1944. El objetivo fue ofrecer a los niños del barrio un nuevo lugar de recreación, debido a la ausencia de centros culturales o deportivos cercanos al barrio.

La biblioteca les permitió a los niños estar en contacto con un nuevo y variado material bibliográfico e ir incorporándose a un espacio “creativo” que, además de acercarlos a la lectura, los acercó al dibujo, la pintura, el canto, la música y la práctica de deportes.

En 1958 cubre el cargo de bibliotecaria una joven maestra, Antonia Checha Frutos, quien incluyó en las actividades: “La hora del cuento”, ajedrez y folklore.

El viernes 25 de febrero de 1977, personal policial, fuertemente armado, acompañó a funcionarios provinciales en la toma de todas las instalaciones de la Biblioteca Popular “Constancio C. Vigil”. Con esta intervención se inició una etapa de destrucción del proyecto educativo y el desmantelamiento institucional.

Muchos padres de los alumnos, ante el estupor que les causó la intervención, recolectaron firmas de la comunidad en general, no conociéndose nunca el destino que tuvo dicho reclamo.

El jardín de infantes es por entonces transferido, junto a todo su personal, al Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe. La directora del mismo, Antonia Frutos, fue obligada a renunciar a su cargo, en un violento suceso. Ante este hecho se cerró el área maternal y paulatinamente fueron desapareciendo los cargos del gabinete psicopedagógico.
"La escuela de Vigil se conformó de una manera ecléctica, adecuándose a una forma de ver y pensar la vida. Partíamos de una base: la escuela no es una cárcel ni un templo ni un cuartel, la escuela es la escuela. Queríamos alivianar la escuela, que se sintieran cómodos, que la disfrutaran".

Las escuelas de Vigil incluían doble escolaridad para que los chicos pudieran ir a talleres de teatro, música, huerta, educación física, ajedrez. “Eran chicos. Hacían todo eso y también se pegaban cuando perdían. Había algunos bravos. ¡Querían entrar en caballo al edificio! Creo que Vigil rescató a muchos. Trabajamos mucho su autoestima, fundamental para modificar conductas nocivas. No tenían que estar en la calle, la cuestión era tenerlos «adentro de», y los tuvimos adentro de la biblioteca”. En un principio, los alumnos de estas escuelas eran del barrio. Con el paso del tiempo, la Vigil hizo fama como institución educativa y recibían alumnos de toda la ciudad. “Veíamos que la clase más humilde no asistía, entonces decidimos abrir dos jardines de infantes en Villa Manuelita. Esos alumnos después tenían que ir a la primaria de Vigil. Pero no llegaron. La dictadura nos intervino y esos jardines fueron desarmados por completo".

Checha no se quedó quieta, en sus escritos reflejó el horror de la dictadura cívico militar y como destruyeron el patrimonio de toda una comunidad.

Cuando llegó un nuevo gobierno a la provincia les anunciaron que podían volver a tener su sede en Gaboto 450, el edificio de la Vigil: "Vamos a generar nuevas cosas, porque hay que adecuar la biblioteca a los nuevos tiempos y a las necesidades actuales. Tenemos bibliotecarios muy jóvenes, que darán otros contenidos y actividades atractivas", se entusiasmó.

Como una forma de recordar a la institución en su época de esplendor, justo antes del cierre y saqueo por parte de los militares, Antonia señaló: "Por algo nos decían que éramos un estado adentro del Estado".
La Vigil: seamos realistas pidamos lo imposible
Escribo desde mi condición de socia y ex dirigente de la Biblioteca Popular CC Vigil, intervenida el 25 de febrero de 1977 por el gobierno de facto. Fui obligada a renunciar por el nefasto interventor Cap. de Corbeta Esteban César Molina. Me desempeñaba en el cargo de secretaria técnica en el Dto de Educación junto a su director, el reconocido Prof. Mario López Dabat, hoy fallecido, siendo reemplazados en dichos cargos por el represor Alcides Ibarra, alias “Rommel”, policía de Rosario, denunciado en la causa Feced por graves violaciones a los DDHH.

Ocho de los compañeros dirigentes de entonces fueron encarcelados sin causa, incluyendo a los síndicos, para llevar a cabo una liquidación “sin quiebra”, arrasando de la manera más atroz con una institución popular dedicada a la cultura y la educación.

Pero no la mataron, la Vigil no es una desaparecida muerta, está viva, si se busca en internet, se verá que en el listado de instituciones en actividad del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) aparece aún con su número de matrícula original “SF 304 “.

Hay que tener en cuenta que ninguna ley de devolución justa podrá evadirse de retrotraer la situación al 24 de febrero de 1977 (un día antes de la intervención), es decir, fecha en la que la representación institucional residía en la última comisión directiva. Soy una de los 13 sobrevivientes de aquella comisión directiva original. Este grupo de sobrevivientes no ha encontrado pautas naturales para cumplir con la responsabilidad histórica de asumir en conjunto la representación de los asociados. Existen diferencias entre nosotros, las hay y siempre las hubo, estas diferencias fueron las que nos permitieron protagonizar y construir el mito emblemático de la Vigil.

Hoy dos sectores de socios, incluidos algunos de estos dirigentes “sobrevivientes”, se disputan la posesión de la entidad, ya no pertenezco a ninguno de estos sectores. Porque se trata de constituir una “entidad” y la palabra entidad se define como esencia o forma de una cosa, esa esencia o forma está representada en los objetivos culturales, educativos, sociales y mutuales que se reflejan en los estatutos aprobados por el INAES durante nuestra gestión dirigencial, ese estatuto aún tiene plena vigencia y ninguno de esos sectores manifiestan proyectos que evidencien la prosecución de tales fines.

Las partes divididas deberían concentrar la lucha en la concreción de planes de acción popular, con actitudes de grandeza, fieles a principios básicos profundamente humanísticos, sin odios, sin resentimientos, sin exclusiones políticas o religiosas y sin la búsqueda de desaforados protagonismos.

No importa una ley que devuelva edificios, lo que importa es una identidad restituida. Sin esto ninguna reparación histórica es posible.

No me manipulará ningún poder político de turno, porque no se reconstruye desde el poder, sino desde abajo; una ley sin destinatario legítimo es “ley muerta”.

No aceptaré ninguna institución que se adjudique ser continuadora de la Vigil, como tampoco un futuro que la convierta en un museo para recordar glorias pasadas, contra ambas cosas voy a luchar en el estricto marco de los derechos humanos.

Quiero un futuro de actividad popular, de gente reunida, pensando, proponiendo, reflexionando y reconstruyendo, al menos, parte del tejido social destruido por la dictadura militar.

Los pasos a seguir para este logro deben ser: la obtención de la plena vigencia de la persona jurídica Mat SF 304 para arribar a la asamblea extraordinaria con sus padrones de asociados, que eligirá autoridades legítimas según estatutos sociales, quienes pondrán en marcha un proyecto popular adecuado al momento histórico que nos toca vivir

El camino no es sencillo, se enmarca en complicadas tramitaciones legales, en demandas, en estrategias jurídicas. Es lenta e infructuosa la senda de la búsqueda de justicia y es la misma senda que han transitado y transitan desde hace 30 años los organismos de derechos humanos de nuestro país. Este es el camino que yo elijo, me acompaña el abogado, socio y ex alumno de la Vigil, Marcelo Abaca, con quién, de ser necesario y si el tiempo de vida me lo permite, llegaremos hasta La Haya.

No se equivoquen quienes intentan adueñarse de una historia, porque deben entender que la historia no tiene dueños.

Parodiando el lema del mayo francés parece una utopía pedir verdadera justicia, pero sé que las utopías dejan de serlo cuando se concretan, por eso lo imposible puede ser real.

Antonia G. Frutos
Ex Directiva de la Biblioteca Popular C C Vigil
Ex Secretaria Técnica del Dto. de Educación
En 2009, a 32 años de la intervención de la Vigil, escribió:
Un dolor que permanece
El 25 de Febrero de 1977 se Interviene la Biblioteca Popular C.C. Vigil, en nombre de una supuesta "normalización" debido a los problemas financieros que afrontaba la entidad, poco después esa intervención dispone la liquidación "sin quiebra" y rápidamente quedan al descubierto los verdaderos motivos de este fraudulento proceso que lleva más de 30 años.

Los motivos que expresaron en su momento los destructores fueron "una entidad con fines distintos al ser nacional" "que en ella ondeaba un sucio trapo rojo" y otras apreciaciones típicas del gobierno militar genocida. Todo ello ocultaba la razón de mayor peso: apropiarse y enriquecerse con los bienes logrados por el esfuerzo del pueblo, tomados como botín de guerra.

Por todo esto los dirigentes de la Vigil no sólo éramos delincuentes económicos sino también subversivos peligrosos lo que nos convertía en personas no gratas, perseguidas, presos algunos, sin trabajo otros, señalados, tachados, ninguneados, y esto continúa hasta nuestros días.

Hoy ni siquiera se nos reconoce como socios de la entidad, es lo que se desprende de la resolución de normalización Nº 2430/08 del INAES, la que convierte a la entidad en una "marca comerciable" o "un buen título de tapa", codiciado por sectores políticos ávidos de ganar votos en las próximas elecciones provinciales y/o nacionales.

Incluso se han otorgado premios "en nombre de los forjadores" que están vivos pero que paradójicamente "no existen", ¿acaso afirman que somos una entelequia? como dijo el despreciable general Videla.

No hay verdades absolutas y el error humano ayuda siempre a pensar, mejorar y resolver.

En este día los invito nuevamente a todos a reflexionar profundamente.
Antonia "Checha" Frutos
Socia Nº 067 - ex vocal de la Biblioteca Vigil
El 23 de junio de 2013 expresó: "Sentí mucha emoción, aunque hace mas de 30 años que sostengo que más tarde o más temprano la Vigil iba a ser devuelta. Lo que no sabía era si iba a poder vivir el momento. Lamentablemente, otros que también lucharon para conseguirlo y no llegaron a verlo". Así resumió Antonia Checha Frutos, al diario El Ciudadano, el momento en que el Ejecutivo provincial hizo entrega de las llaves de un sector del inmueble ubicado en Gaboto 450, a la actual comisión directiva de la Biblioteca Constancio C. Vigil.
"Trabajábamos en una escuela donde no se podían aplicar ni premios ni castigos. Donde no se hacía fila para entrar al aula, porque no era ni un cuartel, ni una cárcel, ni un templo; era la escuela.

La relación con el maestro era muy natural, los alumnos podían tutear al maestro; los horarios no eran fijos, eran opcionales; las horas de juego también eran opcionales; el chico no pedía permiso para ir al baño, porque ese era un derecho, solamente avisaba “voy al baño”. Incluso no se izaba la bandera en forma solemne, se hacían por grupos izamientos sin mayor pérdida de tiempo.

Todo eso indudablemente a cierto poder dominante no le gustaba. Y nos dijeron en su momento que éramos semillero de marxistas, que educábamos chicos muy maleducados que cuestionaban todo, que todo lo preguntaban, y eso era lo que queríamos, porque pensábamos que la obediencia no es una virtud.

Esto lo habíamos aprendido en ese entonces de haber leído a Freire, también por haber leído al Padre Milani de la Escuela de Barbiana, el movimiento tercermundista, que decían justamente que la obediencia no es una virtud, sino que había que preguntar, cuestionar y, sobre todo, opinar. Eso se constituyó, por supuesto, en una educación peligrosa y prohibida"

Checha Frutos, charla sobre Política y Educación, 2/11/2012, sala Saulo Benavente
Fuentes: RosarioI12, El Ciudadano, Señales, UNR

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