martes, 23 de julio de 2013

Las Agencias AFP y DPA hablan de la 'Big Rosario'

Rosario, semillero del fútbol argentino
Gerardo Martino, de 50 años, el flamante entrenador del FC Barcelona, tendrá bajo a sus órdenes a Lionel Messi la megaestrella del fútbol mundial, ambos nacidos en Rosario (310 km al norte de Buenos Aires), una cantera inagotable de grandes figuras
Martino llegará al Barcelona con el antecedente inmediato de haber logrado el título argentino con Newell's Old Boys, el club donde se crió Messi antes de marcharse a los 14 años a la institución catalana.
'La Pulga' prometió que regresará a la institución "leprosa" al final de su carrera, como ya es tradicional entre sus figuras que han brillado a nivel internacional.
El defensa Gabriel Heinze, de 35 años, quien jugó en los poderosos Real Madrid, Manchester United y París Saint-Germain, así como el volante ofensivo Maxi Rodríguez, de 32, (Atlético de Madrid y Liverpool) y Lucas Bernardi, 35, (Olympique de Marsella y AS Mónaco) fueron puntales en el brillante título de Newell's en el reciente Torneo Final-2013.
El club rojinegro, en el que Martino tiene el récord de partidos jugados (472), puede jactarse de haber contado en sus filas a los tres más grandes jugadores argentinos de los últimos 30 años: Messi, en sus comienzos; Gabriel Batistuta, goleador histórico de la selección argentina (56 goles), y Diego Maradona con un paso fugaz cerca del final de su carrera en 1993.
Otros 'Ñulistas' famosos fueron Abel Balbo (ex AC Roma), el campeón en Argentina-1978 Américo Gallego y el exjugador, DT y exgerente de Real Madrid Jorge Valdano, también campeón mundial, en México-1986.
En la acera de enfrente, Rosario Central difícilmente pueda mostrar un historial de tan grandes estrellas como el de su archirrival, pero en el club 'canalla' brillaron futbolistas como Mario Kempes (ex Valencia de España), goleador y figura de Argentina en el Mundial-78, y Angel Di María, volante ofensivo de Real Madrid y pieza clave en la blanquiceleste.
César Menotti, también nacido en Rosario, fue jugador del común en Rosario Central en los años 60, pero luego destacó como entrenador de la selección argentina campeona en su país en 1978 y, entre otros clubes, también dirigió al Barcelona en el que asumirá Martino.
Otro barcelonista, Javier Mascherano, también nació en Rosario, la tecera ciudad de Argentina, aunque desarrolló su carrera en River Plate de Buenos Aires.
Fuente: AFP

'Big Rosario' en Barcelona
Minguella, el hombre que trajo a Messi, se refirió más de una vez a 'Little Rosario' para mostrar la burbuja de 'argentinidad' del jugador. Ya puede decir 'Big Rosario', porque de esa ciudad es también Martino, figura histórica de Newell's, el club del que son hinchas los 'Messi'. Con la llegada de Martino al banquillo del equipo, Messi demuestra, sin necesidad de emitir palabra, que es el verdadero poder en el Barça
Por: Sebastián Fest
'Big Rosario' toma el control del Barcelona. Con la llegada de Gerardo Martino a la dirección técnica del equipo, Lionel Messi demuestra, sin necesidad de emitir palabra, que es el verdadero poder en el Barça. Josep María Minguella, el hombre que trajo a Messi a España en 2001, se refirió más de una vez a 'Little Rosario' para mostrar la burbuja de 'argentinidad' en que vive inmerso el astro del Barcelona.
Ya puede ir hablando de 'Big Rosario', porque de esa ciudad es también Martino, figura histórica de Newell's Old Boys, el club del que son hinchas la familia Messi y en el que el '10' del Barça quiere retirarse. Treinta años más tarde, otro rosarino vuelve al banco del Camp Nou, el último había sido César Luis Menotti.
Jorge Messi, el ideólogo del traslado de la familia a Barcelona en 2001, puede considerarse un hombre de exito, y no sólo por el hecho de que su hijo sea la gran figura azulgrana. El Barcelona, una entidad profundamente orgullosa de sus señas de identidad catalanas, optó por un argentino desconocido en Europa, un técnico serio y fino jugador al que en los '80 y '90 Jorge Messi idolatraba. Prefirió a Martino sobre un hombre de la casa como Luis Enrique. Sin los Messi sería imposible entender la jugada.
El discurso breve y plano de Messi puede llamar a engaño: diciendo poco en público, pero usando bastante el teclado de su teléfono móvil y enviando mensajes a través de gestos que a veces necesitarían de un experto en política para ser interpretados, el argentino manda cada vez más en el Barcelona, donde es desde hace años la medida de todas las cosas. Que su hermano Matías confirmara el lunes el fichaje de Martino, un día antes que el club, da una idea del poder 'messiánico'.
Ya en el verano de 2008, en el inicio de su aventura azulgrana, Josep Guardiola comprendió que necesitaba a Messi para lograr el éxito. Debía ganárselo, hacerlo feliz como jugador. Guardiola fue inteligente al presionar al por entonces presidente, Joan Laporta, para que permitiera al zurdo ir con la selección argentina a los Juegos Olímpicos de Pekín pese a que el Barcelona tenía derecho a negarse a cederlo.
Messi nunca olvidó aquel gesto de Guardiola y se lo retribuyó con grandes partidos y decenas de goles. Es cierto que siempre hizo notar su peso específico, fagocitándose a cualquiera que le hiciera sombra en la delantera, también que su relación con Guardiola terminó muy desgastada. Pero en lo importante, lo futbolístico, ninguno le falló al otro. Todo lo contrario.
Tras el interregno de Tito Vilanova, un hombre al que Messi respetaba desde que lo dirigiera en su época de juveniles, los jefes de 'Big Rosario' se encontraron con un momento clave: Messi ya no era un niño ni un adolescente, tampoco un debutante en el equipo. Feliz padre desde hace nueve meses, el mejor futbolista del mundo es, a sus 26 años, un personaje cuyo fútbol y cuyo humor hay que cuidar como joyas. Y otro dato: la presencia de Martino contrapesa, inevitablemente, la llegada de un jugador tan potente como el brasileño Neymar.
Una opción del presidente Sandro Rosell era apostar por un Luis Enrique, de gran amistad con Guardiola, pero también con el veterano Carles Puyol, capitán del Barça. Un hombre del riñón azulgrana que llegó a jugar junto a Xavi, pero que cuando dejó de ser entrenador de la Roma se fue peleado con Francesco Totti, el 'Messi' del equipo italiano.
¿Y Marcelo Bielsa, el hombre que le da nombre al estadio de Newell's, en el que una de las tribunas fue bautizada como 'Gerardo Martino'? Desaconsejable para los Messi -y por lo tanto para el Barcelona-, porque los términos 'Bielsa' y 'flexibilidad' no congenian. Y Messi le requiere mucha flexibilidad a sus entrenadores, un intenso ejercicio diario de persuasión, paciencia oriental y dotes para descifrar sus silencios, sus medias palabras, sus actitudes. Cuando lo logran, el rey de 'Little Rosario' les paga con actuaciones de ensueño, con goles, con títulos. Un acuerdo tácito al que resulta difícil negarse.
Foto: Alfredo Gómez - AP
Fuente: DPA

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