martes, 29 de enero de 2008

Candados que enlazan el amor

Daniel Martínez , BBC Mundo, Roma
"Te Amo", con el 41%, es el grabado más popular; le sigue "para siempre" con el 20%. Una nueva tradición está movilizando a los enamorados en Italia, pero los escépticos corrigen en voz baja: "Es apenas una moda".
Imitando el gesto de los personajes de una novela recientemente publicada, Tengo ganas de Ti, que incluso fue llevada al cine, miles de novios y novias llegan hasta las orillas del río Tíber en Roma y se encaminan hacia el tercer farol del Puente Milvio.
Una vez allí, parados sobre el puente completo más antiguo de la ciudad eterna -su existencia está documentada al menos desde el año 207 a.C.- los enamorados escriben sus iniciales sobre un candado.
Luego lo enganchan a alguna de las 24 columnas que las autoridades debieron disponer para preservar al encorvado farol y por sobre la espalda, a dos manos, arrojan la llave a las aguas del río. Una historia de novela
La idea de abrochar las promesas de amor en ese preciso farol del Puente Milvio se le ocurrió al escritor y director de cine italiano Federico Moccia, quien para darle un viso de realismo al gesto que hacía cumplir a los personajes en su novela, enganchó personalmente -pocas horas antes de que se publicara el libro- el primer candado escribiendo incluso las iniciales de los personajes. Regresé una semana después de la publicación y vi que ya había colgados más de 300 candados... Me quedé sin palabras
Federico Moccia
"Si alguno llegara hasta allí para comprobar -decía Moccia en declaraciones a BBC Mundo- se habría encontrado con el candado que de alguna manera era el símbolo de lo que acontecía en el libro...".

Fiebre

Tal fue la fiebre que generó el romántico rito, que los candados comenzaron a ser miles y el peso demasiado para el viejo farol que los sostenía, hasta que a un cierto punto cedió. El amor doblegó a la farola, y las autoridades debieron buscar soluciones para la pasión juvenil Se dobló como inclinándose dulcemente a la potencia simbólica de su carga.
Fue entonces que las autoridades municipales decidieron colocar las 24 pequeñas columnas de hierro que, adornadas cada una por dos corazoncitos, enlazan las robustas cadenas en las que ahora se pueden enganchar los candados.
Pero la aventura de estas cerraduras metálicas que abrazan tácitas promesas no podía dejar indiferente la codicia de algunos.
Un par de ladrones, aprovechando la ventaja de un amanecer lluvioso y desierto cortaron esos quintales de amor y emociones para venderlos al peso en una fundición cercana.
La investigación duró pocas horas y encontrar los candados intactos resultó una fiesta para los románticos.

De fenómeno urbano a moda social
Federico Moccia todavía se confiesa sorprendido por cómo la gente se compenetró con el gesto de los personajes de su novela:
"Es un fenómeno urbano que se ha transformado en una verdadera moda social. De improviso han empezado a aparecer candados en los vestidos de novia y también joyas (pulseras y collares con pequeños diamantes) en forma de candado".
"Pero no sólo eso; en otras ciudades de Italia, varios puentes comienzan también a recibir candados. Muchas personas han querido demostrar su amor así", dice.
Como es sabido, todo lo que sucede en nuestro tiempo tiene que pasar por internet, por eso los candados de Puente Milvio también tienen su pagina en la Web.
Allí se puede hacer una visita virtual eligiendo incluso la hora en la que queremos estar (alba o crepúsculo, día o noche) y escuchar el agua del Tíber que corre briosa.

Candados.com

Puede que muera como toda moda, o que se imponga como tradición; pero el puente tiene ya 2.000 años. Cerca de 20 mil son los candados digitales colgados en la página. Poniendo el "ratón" sobre los candados digitales se pueden leer los mensajes que los enamorados escriben.
Más del 70% de quienes los crean son mujeres.
"Te Amo" con el 41% es la proclama más escrita; le sigue "para siempre" con el 20%.
Ya sobre el Puente Milvio real, encontramos a Gusi, una joven italiana, que con atención se tenía a mirar los candados le preguntamos si alguno era suyo:
"No, todavía no pudimos venir con mi novio, ambos vivimos a las afueras de Roma, pero ya decidimos que vamos a venir. ¡Es tan romántico hacerse una promesa de amor así!".

No es lo mismo, pero...
Y de quienes lo hacen a través de internet, ¿qué piensas?, preguntamos.
"Que es menos romántico, pero si no tienes la oportunidad de venir a Roma para hacer bien el rito, al menos te ayuda internet", nos contestó.
Reales o virtuales, aquellos los candados son mucho más que rústicos trozos de metal.
Son depositarios y custodios de sentimientos, con sus bracitos de hierro abrazan de emociones y enlazan historias amor. Simples y humanas historias de amor.

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Fotos: Lucchetti Ponte Milvio

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