sábado, 21 de julio de 2007

Roberto Fontanarrosa, un “canalla” entrañable y talentoso

- Roberto ¿Cómo nace la idea de Inodoro, Eulogia y Mendieta, como personajes de la vida rural? ¿Qué te inspiró a ubicarlos en ese contexto?

- Nace de casualidad en la revista Hortensia, de Córdoba, en 1972. Y era, en principio, una tira suelta, yo no tenía intención de continuarla. Fue una suerte de parodia del Martín Fierro y los radioteatros gauchescos.

- Por lo que sé, vos sos un hombre de barrio de Rosario, sin ningún contacto con el campo. ¿Cómo te nutrís del vocabulario, las costumbres, los hábitos propios del gaucho, el chacarero, el habitante de nuestra pampa?

- Más que nada a través del auge del folclore en los años setenta. Y también de los libros sobre el tema. Con el tiempo reduciría el vocabulario muy especializado para hacerlo más accesible al público masivo del diario Clarín.

- En tu libro “Usted no me lo va a creer”, incluís el cuento “Caza de brujas en La Pampa”, una ficción alucinante, donde la acción también se desarrolla en un ambiente rural…

- Suelo recurrir a tomar frases hechas desde su interpretación textual, o desde otros puntos de vista. Por ejemplo, enfocar la “caza de brujas “ ideológica desde lo literal. He leído muchas crónicas sobre la pampa y me pareció familiar ubicar allí la acción.

- Ya en otro orden, hace pocos años estuviste acompañando a una importante empresa de insumos para el agro (Monsanto) ilustrando un almanaque y participando de una importante muestra a campo, compartiendo con el público… Me imagino que esa fue una experiencia diferente ¿verdad?

- No tanto. Yo empecé trabajando profesionalmente en publicidad, en Forma Propaganda de Rosario. Hice infinidad de calendarios. Pero siempre recuerdo las ilustraciones para el primero, para la firma Mainero, principal cliente de la agencia.

- Pero la verdad, verdad… una pasión de tu vida fue el mundo del fútbol y todo lo que lo rodea, Rosario Central, el club, la cancha, las hinchadas, los clásicos, las transmisiones por radio, los cantitos, las discusiones de café. Qué mundo tan rico para una imaginación fértil como la tuya. ¿Disfrutás escribiendo tus cuentos sobre fútbol? ¿qué te gusta más, el fútbol o la literatura?

- Disfruto mucho escribiendo sobre fútbol porque me apasiona el tema. Y cuento con la complicidad de miles de lectores futboleros. Jugar al fútbol ha sido una de las cosas que más disfruté en mi vida, aún jugando mal. Lógicamente, me gusta más el fútbol que la literatura.

- Vos sos un “canalla” declarado. Sin embargo tu arte es universal. ¿Cómo te tratan los leprosos cuando te enocntrás con ellos? ¿Te ‘perdonan’ ser hincha de Central?

- En general me llevo muy bien con los hinchas de Ñuls, a partir de que soy muy respetuoso con ellos. Tengo amigos entrañables hinchas de Ñuls. Y el respeto parte de un acuerdo claro: yo quiero que pierda Ñuls de la misma manera que ellos quieren que pierda Central. Pero no soy de tomar el pelo o hacer bromas. Adentro de la cancha, a muerte. Afuera, charlar de fútbol.

- El bar, la mesa de café, la charla con amigos parece haber ocupado un lugar preponderante en tu vida. ¿Cuál es tu concepto de la amistad y la camaradería en la vida de una persona?

- Obviamente pienso que es fundamental. Siempre le digo a mí hijo Franco que los amigos son una de las mayores cosas de la vida.

Fuente: Nuevo ABC Rural

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