lunes, 4 de junio de 2007

“Ahora podemos expresar nuestra opinión”

El fin de la concesión de RCTV representa un avance para la democracia y la libertad de expresión, asegura el vocero del gobierno.
Por María Laura Carpineta
William Lara es una de las voces obligadas dentro del gobierno de Hugo Chávez. Desde que el chavismo subió al poder, el actual ministro de Comunicación e Información ha ocupado lugares clave al lado del mandatario. Participó de la Asamblea Constituyente, presidió la Asamblea Nacional y el partido gubernamental –Movimiento Quinta República–. En los últimos años fue el hombre elegido para ser la cara de algunas de las iniciativas de más alto perfil: la creación del partido único, la reelección de Chávez, las nacionalizaciones en los sectores estratégicos y, recientemente, la no renovación de la concesión del canal opositor, RCTV. En estos días está dedicado a una cruzada contra los medios, nacionales e internacionales, que cuestionan la decisión del gobierno. En diálogo con Página/12 aprovechó para desmentir que se debió solamente al “pasado golpista” de RCTV, como había sostenido el propio Chávez. “Fue porque es un canal que violaba sistemáticamente la ley,” aseguró.
–¿Qué cambió en Venezuela con la salida del aire de RCTV?
–En el país se ha experimentado un envión en el desarrollo de la libertad de expresión, o en otras palabras, una democratización de los medios de comunicación nacionales. Antes RCTV era un aliado de los sectores de poder económico y político. Ahora la frecuencia del canal 2 está abierta a todos los sectores del país. No hay dudas de que se ha avanzado en la democracia venezolana.
–Al anunciar su decisión de no renovar la concesión de RCTV, el presidente Chávez destacó como una de las razones la participación del canal en el golpe en su contra en 2002. Sin embargo, todos los principales medios apoyaron el levantamiento en aquel momento. ¿Por qué RCTV fue el único medio sancionado?
–Aunque haya habido afirmaciones relativas a la conducta de esta televisora durante el golpe de Estado, ésta no fue la causa por la que el gobierno decidió no renovar la concesión. Distinto a las otras televisoras y radios que también estuvieron relacionadas con el golpe, este concesionario violaba sistemáticamente la normativa legal –la ley de responsabilidad social de los medios, la de protección a la niñez y la Constitución venezolana–. Hay un ejemplo que es muy claro. La ley de responsabilidad social de los medios establece horarios para la programación y la clasifica según su contenido. Por ejemplo, la mañana y la tarde están reservadas para programas con contenido infantil o moderado y la noche para programas para adultos. Sin embargo, RCTV, con una actitud prepotente, solía colocar a la cinco de la tarde programas para adultos, violentando derechos de los niños venezolanos. La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) emitió repetidos exhortos para que acatara la ley y rediseñara su programación. La respuesta del canal fue el silencio, una reacción típica de la oligarquía y su soberbia. Esta situación se repitió hasta que el gobierno tuvo que analizar si renovar o no su concesión y decidió que RCTV no tenía el carácter ético para continuar trasmitiendo como un canal de aire.
–Recientemente el presidente Chávez advirtió sobre posibles sanciones contra otro canal opositor, Globovisión, por instigar al magnicidio. ¿El gobierno está analizando medidas similares a la de RCTV con otros medios?
–Lo que sucedió con RCTV no fue una sanción, sino que se extinguió una concesión otorgada hace 20 años. Globovisión, que también se caracteriza por violar leyes del país, tiene una concesión que vence recién en el año 2015. Por eso seguirá en el aire como siempre. El gobierno no está analizando ni tiene ningún plan para revocar su concesión o la de ningún otro medio. Nadie está planteando un cierre de un medio de comunicación. La Conatel ya renovó las concesiones a cinco televisoras –tres regionales y dos de Caracas– y sigue analizando otras solicitudes.
–¿En qué se basa la Conatel para aprobar o rechazar una renovación?
–Puramente en normas legales. El Estado venezolano debe asegurar el derecho del amplio uso del espectro radioeléctrico, pero también que las concesiones sean cumplidas con seriedad y responsabilidad, y que se respeten los derechos de los usuarios.
–Horas antes de la salida del aire de RCTV, el Tribunal Supremo de Justicia dictó un fallo que causó mucha molestia entre la oposición porque permitía al nuevo TVes utilizar temporalmente los trasmisores de la empresa. El fallo no establece un tiempo máximo, por lo que muchos vieron en él la posibilidad de una expropiación encubierta...
–Por razones de ingeniería, los transmisores son específicos para un espacio del espectro. Es decir que los transmisores creados para el canal 2 no se pueden utilizar en otras frecuencias. En un primer momento el Estado planteó adquirirlos pero la empresa se negó. Fue entonces que un grupo de usuarios pidió al tribunal una garantía para poder seguir accediendo al canal 2. Los jueces decidieron ordenar una medida de aseguramiento y permitir el uso provisorio de los trasmisores a TVes. Estos volverán a manos de la empresa en la medida en que lleguen los trasmisores desde el exterior. De todas maneras, si RCTV decide vender los trasmisores, el Estado todavía está dispuesto a comprarlos. Si no, está en su derecho y el Estado lo respetará. El gobierno ha venido actuando con justicia y transparencia. Les pagó lo acordado a los accionistas de la empresa nacionalizada Cantv y a las empresas petroleras de la Faja del Orinoco. A nadie se le va a atropellar jamás.
–El presidente Chávez y usted han asegurado que la libertad de expresión dio un paso más en Venezuela. ¿Cómo entiende el gobierno la libertad de expresión?
–La definición está en la Constitución venezolana, más allá de las percepciones de cada uno. La Constitución garantiza el acceso a la información a todos los ciudadanos, más allá de su posición política, y una comunicación oportuna y responsable. Los sectores que históricamente tenían cerradas las puertas de RCTV, como los que apoyamos al presidente Chávez, ahora podemos llegar y expresar nuestras opiniones, al igual que la oposición.

Teodoro Petkoff, ex Guerrillero, periodista y lider opositor
“Nadie miente más que un gobierno”
Por María Laura Carpineta
Teodoro Petkoff fue una de las figuras principales del cambio de imagen de la oposición venezolana. Desacreditada por su apoyo al golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, nuevos líderes comenzaron a ganar espacio con sus críticas al gobierno, pero destacando su vocación democrática. Uno de ellos es Petkoff, un reconocido ex dirigente comunista que durante los años ’50 y ’60 enfrentó dictaduras y gobiernos de derecha. Esta militancia le ganó varias veces la cárcel, desde donde logró escapar dos veces. Después de un paso por la política sin grandes éxitos, decidió abocarse a otra profesión, el periodismo. Actualmente dirige la revista Tal Cual, uno de los medios antichavistas más feroces. En diálogo con este diario aseguró que sigue siendo un hombre de la izquierda y advirtió sobre un presunto plan de Chávez para controlar, aunque no poseer, los principales medios de comunicación.
–¿Qué cambió en Venezuela con la salida del aire de RCTV?
–Desde el punto vista comunicacional hubo un cambio casi copernicano. El canal 2, RCTV, era el canal de mayor rating del país. El otro canal que tiene tanta audiencia es el 4, Venevisión. Entre los dos suman el 80 por ciento de los televidentes del país. El primero quedó anulado y fuera del aire, mientras que en el segundo su presidente, Gustavo Cisneros, acordó con el gobierno y ahora responde a sus intereses. Esto dejó al 80 por ciento del país aislado de cualquier opinión política opuesta al gobierno y de cualquier persona que, de derecha o de izquierda, tiene una idea distinta. Aquí la libertad de expresión se nos está volviendo una piel de Zapa –como esa piel que se encoge en el cuento de Honoré de Balzac–. Pero además también se trata de un enorme cambio en la vida del país. Las protestas nacionales fueron muy profundas. Las encuestas demuestran que el 90 por ciento de la población está en contra de la salida del aire de RCTV y por eso estamos viendo su rechazo en las calles. Incluso, las cacerolas han estado sonando mucho más en las barriadas que en el centro de las ciudades. Y es porque en los barrios populares no hay señal de cable. El canal preferido de la gran mayoría ha quedado fuera del aire y, por tanto, su elección ha quedado limitada. También hacía tiempo que el estudiantado no salía a la calle. Lo hicieron de manera no violenta, pero igual fueron atacados por la policía y por las bandas armadas del gobierno.
–En el golpe de Estado de 2002 los principales medios venezolanos, incluido RCTV, fueron los promotores del levantamiento y defensores del breve gobierno de facto. ¿Cuál es la actitud actual de estos mismos medios frente a Chávez y su gestión?
–En general los medios han recuperado la templanza. Ya no existe el clima beligerante de 2002 y 2003, cuando los medios se volvieron parte del problema –aunque vale aclarar que el gobierno también era parte del problema–. El problema es preguntarse quién vino primero, ¿el huevo o la gallina? Pero es verdad, los medios asumieron un rol que no les correspondía, eran casi como partidos políticos. Sin embargo, después del referéndum tomaron una postura más propia de un medio de comunicación. Se volvieron más equilibrados, aunque manteniendo una postura crítica. El único medio que en Venezuela ha cambiado en 180 grados es Venevisión. Su presidente, Cisneros, pasó de ser uno de los principales promotores del golpe a ser un aliado del gobierno.
–En estos días se habló del fin de la libertad de expresión en Venezuela, sin embargo, la mayoría de los medios son privados y la oposición sigue teniendo varias voces en la televisión, en la radio y en la prensa...
–Estamos en presencia de un régimen muy peculiar. Chávez por ahora no está intentando crear un monopolio comunicacional, sino una hegemonía comunicacional. Esta última significa la preeminencia de las ideas del partido del gobierno y la anulación de los dos principales canales de televisión –uno por quedar fuera del aire y el otro por cooptación–. El resto de los medios están en los márgenes de la sociedad. En la televisión se ve perfecto. Sólo queda un canal nacional y un canal regional de Caracas, Globovisión, que se ve sólo en Caracas. En el interior, además, la mayoría está en manos amigas. No estamos frente al estilo cubano o soviético. Aquí dicen que hay libertad de expresión porque existen periódicos como el mío. Pero aunque no nos cierran, nos hostigan constantemente. Sólo el mes pasado tuvimos que pagar una multa de 50 mil dólares por insultar supuestamente a la hija de Chávez.
–Pero en el ámbito de la radio y de la prensa impresa la mayoría son medios opositores...
–Porque es como te digo, no se está creando un monopolio mediático, sino que se están dejando voces marginadas. Es el medio televisivo el que más llegada tiene entre la gente, especialmente en los sectores más populares. El problema es que se está intentando pensar en términos de régimen democrático o una Cuba. Hay matices intermedios. El venezolano es un sistema más sofisticado, más astuto. Se hostiga a los medios y se saca del aire a las estaciones de televisión que tienen real impacto popular. La medida contra RCTV además creó la peor censura, la autocensura. Los otros medios ahora se cuidarán más de lo que dicen.
–Hace tres años, cuando el gobierno intentó demandar a RCTV por difundir información falsa o tergiversada, la organización Human Rights Watch aseguró que está en contra de la libertad de expresión prohibir cualquier tipo de información, incluso la falsa. Como periodista, ¿cómo entiende la libertad de expresión?
–El periodismo debe hacerse tratando de decir la verdad. El problema es hacerlo en un país como éste, en donde las fuentes oficiales están prácticamente cerradas. Los periodistas venezolanos no son invitados a las conferencias de Chávez, sus ministros no les hablan. Se puede incurrir en errores, tergiversaciones o solamente mentiras. Pero estoy convencido de que ningún medio miente más que un gobierno.

Fuente: Página/12

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